“No obstante la evolución del concepto de regeneración (propio de la Constitución de 1917), al de readaptación (1965), y en nuestro tiempo al de reinserción (2008), las condiciones de los reclusorios siguen siendo infrahumanas, lo que representa el caso más grave de violación sistemática de los derechos humanos”. La imagen, en el penal de Tijuana conocido como El PueblitoFoto Carlos Ramos Mamahua
Por: Patricia Galeana / La Jornada
La razón de existir del Estado es impartir justicia y dar seguridad a su población. En la crítica etapa de nuestra historia que vivimos, estas premisas básicas no se cumplen. La inseguridad y la violencia crecen y hay deficiente impartición de justicia, con la consiguiente violación de derechos humanos de la población.
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