EL DUOPOLIO TRANSFORMADO EN MONOPOLIO

Televisa/TVAzteca…la corrupción las hace y ellas se juntan…

Por: Patricia Barba Ávila

“Soy soldado del PRI y del presidente”. Emilio Azcárraga Milmo

Televisa, conocida hace años como “Telesistema Mexicano”, inició sus operaciones siendo primero el secuaz más fiel y eficiente del presidente en turno hasta transformarse, en medio de una creciente descomposición política, en el poder detrás del poder para la implementación de reglas –algunas de ellas, no escritas—tendientes a mantener el statu quo con base en la exitosa táctica de divertir (léase: enajenar) a las clases populares y las clases medias; hacerles ver que si no les quedó más remedio y se quedaron en su casa, por lo menos allí disfrutarán de los ofrecimientos del “Canal de las Estrellas”. Emilio Azcárraga Milmo, hijo del fundador, Azcárraga Vidaurreta, fue sincero cuando afirmó: “a la televisión le toca servir de consuelo al jodido: Estás aquí, frente al aparato, porque no pudiste ir a otro lado. No te preocupes, haremos que tu resignación se vuelva alborozo”.

Sabedores de que la comunicación juega un papel toral en la forma de percibir el entorno y todo lo que esto conlleva, el cuasi-monopolio conformado por Televisa y TVAzteca –con su reciente pacto cristalizado mediante la adquisición por la primera, de acciones de la empresa Iusacel, propiedad de Ricardo Salinas Pliego– ha devenido en una herramienta tan letal como eficaz en cuanto a la influencia que han ejercido en la vida de un amplísimo sector de la ciudanía mexicana, transformándose en maestra, nana, padre y madre, en suma, la guía, por excelencia, de cómo deben pensar y actuar millones de miembros de una casi desaparecida clase media y, sobre todo, de desheredados que aunque carecen de una cama para dormir y lo hacen en el suelo de tierra de sus paupérrimas viviendas, sí poseen una antena y una pantalla con acceso a la televisión abierta, dominada por ambos consorcios.

Sin duda, una de las características que ha transformado a la comunicación en una abyecta mercancía en lugar de un derecho esencial para el desarrollo armónico del individuo y, por ende, de la sociedad, ha sido precisamente el hecho de que la información sea objeto de lucro por parte de entidades favorecidas por la burocracia gubernamental en turno, en flagrante violación no sólo de la libertad de expresión (Art. 7 constitucional) sino de la legislación que prohíbe el acaparamiento del espectro radioeléctrico, propiedad de la Nación (Art. 27 de la Constitución), en detrimento de millones de televidentes condenados a “disfrutar” exclusivamente de lo que la mancuerna Televisa-TVAzteca decida exhibir en las pantallas.

Es indiscutible que ha sido una desmedida ambición la que ha estado detrás de la ley de medios de la que Televisa ha fungido como la principal protagonista. Creo que para muchos es evidente que ha sido esta empresa la que, merced del férreo control que ejerce sobre las instituciones públicas, ha convertido al alfil de Salinas de Gortari, Enrique Peña Nieto, en una suerte de mercancía apetecible y convincente para que sea el que contienda, a nombre de la tecnocracia prianista—confabulada con el Consenso de Washington– en el proceso electoral del año entrante.

(más…)