sábado, 30 de abril de 2011

Hace aguas el Senado




A siete días de su inauguración, la nueva sede del Senado quedó inundada por las fuertes lluvias / Se intentó justificar el hecho argumentando fallas técnicas / Pero bajo el agua que inhabilitó el salón de plenos, podría esconderse una historia oscura sobre la adquisición de un fallido terreno en el que oficialmente nunca debió construirse un edificio de 16 pisos porque sólo tenía autorización para seis / La agente inmobiliaria que vendía el terreno en 2001 lanza la voz de alerta


MEXICO, D.F., 29 de abril (Reporte Indigo/Ramón Alberto Garza).- La nueva sede del Senado en México hace aguas. Y no es por la inundación que inhabilitó su salón de plenos siete días después de su inauguración.
Lo que podría dejar en evidencia el torrencial aguacero que se abatió sobre la ciudad de México el 19 de abril es que la flamante sede legislativa nunca debió ser construida en ese lugar.
Peor aún, que fue edificada a contracorriente en ese fallido terreno de la avenida Reforma gracias al posible contubernio, a la manipulación y a la presunta corrupción de un puñado de legisladores que negociaron la compra del inmueble y violentaron el uso de suelo.
La denuncia no es ficticia. La hace, con documentos en mano, Mayra Correa Hernández, la corredora inmobiliaria que en 2001 ofrecía en venta ese terreno, en el que se autorizaba la construcción de sólo seis pisos. La nueva sede del Senado tiene 16. Diez pisos de más sobre una alberca de lodo y barro.
Y va más allá en su alerta al señalar a los priístas Salvador Rocha Díaz y Enrique Jackson, a los panistas Diego Fernández de Cevallos y Mauricio Fernández Garza y al perredista Jesús Ortega, como los gestores y promotores de lo que podría convertirse en un megafallido proyecto del Bicentenario.
Fueron ellos, dice Mayra Correa Hernández, los que terminaron de gestionar directamente en España la compra del controvertido terreno al empresario inmobiliario Gabriel Escarrer Juliá, propietario de los hoteles Meliá.
Fueron ellos, advierte la promotora inmobiliaria, quien también laboró siete años en el Senado, los que legitimaron la operación de compra del terreno a través de la firma privada inmobiliaria Cushman and Wakefield México.
Fueron ellos los que ignoraron el certificado de uso de suelo 4380/97, folio 8430, de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda del Distrito Federal, en el que se concedía en ese fangoso lote la autorización de construcción con límite de seis pisos. Terminaron construyendo 16.
Más aún, Mayra Correa Hernández dice que rompe el silencio que guardó durante años ante el acoso personal del que es víctima con persecuciones y atentados.
Analicemos.

¿Quién es mayra correa?
Egresada de Administración de Empresas de la Universidad Anáhuac y con un posgrado en Economía, Mayra Correa Hernández se dedicó a la promoción y bursatilización de inversiones en los inicios de los 90.
Invitada por el entonces senador Mauricio Fernández Garza, se incorporó en 1994 como su asistente en la sede legislativa de Xicoténcatl.
Más tarde, y a invitación de Fernando Ortiz Arana, entonces presidente del Senado, se dedicó a elaborar el análisis político y económico de su oficina.
Sin embargo, hacia fines de los 90, contrajo matrimonio con el empresario catalán Pedro Cuatrecasas Figueras, y se fue a vivir a España.
De vuelta en México en el año 2000, fundó Maycor Real Estate, una empresa de bienes raíces dedicada al manejo de propiedades premium para desarrollos turísticos y campos de golf, tanto en zonas urbanas como en las playas más exclusivas de México.
A través de sus relaciones y de su familia política en España, entró en contacto con otro prominente empresario inmobiliario español, Gabriel Escarrer Juliá, el propietario de la cadena mundial de hoteles Meliá.
Fue él quien le pidió que pusiera en venta un terreno que había comprado años antes con la intención de construir uno de sus afamados hoteles.
Paul Adam, directivo de hoteles Meliá y Sol Meliá en Miami, le dio los contratos y documentos. El terreno estaba ubicado en una esquina de Paseo de la Reforma, entre Madrid y París.

Sólo seis pisos
El empresario inmobiliario Gabriel Escarrer le hizo la advertencia de que en ese lugar no se podía levantar una construcción de más de cuatro pisos.
El motivo: que el yerno del hotelero, un arquitecto e ingeniero responsable de la construcción de los desarrollos Meliá en todo el mundo, le informó de las severas fallas geológicas del terreno. “Cualquier edificación que sea de más de cuatro pisos, se va a caer”, le dijo.
De hecho, Mayra Correa recuerda que Gabriel Escarrer le recalcó: “Tiene las fallas geológicas más impresionantes que haya visto mi yerno en su vida. Son insalvables, ni la mejor estructura aguanta una construcción mayor a cuatro pisos”. La advertencia del hotelero español no era gratuita. Quería que Mayra Correa advirtiera a los posibles clientes de las severas limitaciones del terreno.
“Así, contundente, me lo dijo. Y para demostrar que lo que estoy diciendo es cierto, dentro de los documentos que a mí me envía Gabriel Escarrer, me entrega este documento”, explica la corredora inmobiliaria mientras exhibe un permiso oficial.
El documento es un certificado para uso del suelo permitido por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda del Distrito Federal.
El certificado es el CE 4380/97, Folio Número 8430, suscrito por el arquitecto Roberto Rocha García, jefe del Registro del Plan Director para el Desarrollo Urbano del Distrito Federal.
En el documento se establece con toda claridad que los niveles –o pisos– autorizados para ese terreno son un máximo de seis.
Sin embargo, se excedieron los límites. Y la propuesta terminó en tres inmuebles.
Uno es el del pleno, que alberga el salón de sesiones, con una altura de 26 metros. Otro es un hemiciclo de siete niveles, que es donde están las oficinas de los senadores, y el tercero es una torre de 16 niveles que alberga las oficinas de las comisiones.

Pactan la operación
Mayra Correa conoció a mediados de los 90 al entonces senador Salvador Rocha Díaz. Fue gracias a su jefe, el también entonces senador Mauricio Fernández Garza.
Recuerda que Rocha Díaz estableció fuertes vínculos de negocios y amistad con el senador nuevoleonés en los días en que el abogado defendió al actual alcalde de San Pedro Garza García en el caso de Banca Confía y Jorge Lankenau.
Cuando Mayra Correa planteó a Rocha Díaz los pormenores de su negocio inmobiliario y le pidió asesoría jurídica para los contratos de compra-venta, el abogado le manifestó que le interesaría ser su socio en la inmobiliaria.
Ella aceptó pensando que sería una relación de ganar-ganar. Pero en la primera oportunidad, entraron en conflicto. La disputa: el terreno del hotelero Gabriel Escarrer en Paseo de la Reforma.
De acuerdo a Mayra Correa, Salvador Rocha Díaz, Mauricio Fernández Garza, el entonces presidente del Senado Diego Fernández de Cevallos y el jefe de la bancada priísta en el Senado, Enrique Jackson, habrían terminado de negociar directamente con el hotelero español la compra del inmueble.
La corredora inmobiliaria asegura que estuvo presente en distintas reuniones entre Salvador Rocha Díaz y Enrique Jackson. Y que ella fue comisionada para convencer al senador priísta de los beneficios del terreno.
El proyecto original respetaba el reglamento original. La idea era construir un edificio pequeño, no como sede del Senado, sino como un inmueble de oficinas para los senadores que estaban distribuidos en distintas sedes. Ahorrar rentas.
Para entonces, Salvador Rocha Díaz era diputado federal, y Diego Fernández de Cevallos y Enrique Jackson se alternaban en la Presidencia del Senado.
Mayra Correa dice que fue muy clara cuando habló con ellos del proyecto.
“No se puede más de cuatro pisos, dicho por el dueño Gabriel Escarrer Juliá. No se pueden más, y aquí están los documentos, no pueden construir más. Si construyen más, se cae. Tiene las peores fallas geológicas, por lo menos del D.F., eso sí se los puedo asegurar, y dicho por expertos europeos. ¡Cuidado!”.
Pero la entonces corredora inmobiliaria dice que no les importó. Al poco tiempo, descubrió que no sólo se pactó una sociedad entre Salvador Rocha Díaz, Diego Fernández de Cevallos y Mauricio Fernández, sino que un grupo de senadores volaron a España para negociar la compra del inmueble.
Mayra Correa explica que la información del viaje de los legisladores se la dio una asistente de Gabriel Escarrer Juliá.
Fue esta secretaria la que le comentó que un grupo de senadores fueron primero a Miami y luego a Palma de Mallorca para culminar una negociación que Mayra Correa califica de “fraude a la nación”.
De acuerdo a la corredora inmobiliaria, en esas reuniones se pactaron precios muy por encima de los del mercado, y la operación terminó por ser cruzada a través de la correduría inmobiliaria Cushman & Wakefield México.
De hecho, advierte que Diego Fernández de Cevallos habría lucrado con la escrituración del inmueble, sin dejar de lado los costos de construcción, que terminaron disparándose 77 por ciento arriba del presupuesto original.

Convencen a
Jesús Ortega
Mayra Correa señala que cuando se enteró de la operación que se estaba haciendo a sus espaldas y de las jugosas ganancias de los que la operaron, fue a hablar con el entonces senador perredista Jesús Ortega.
“Yo fui… había un pleito público entre Diego Fernández de Cevallos y Jesús Ortega cuando Jesús Ortega era el coordinador del PRD en el Senado. Yo llegué con Jesús Ortega con todo, le dije: ‘Senador, por favor, hay este fraude a la nación. Por favor, hágalo público’”.
La corredora inmobiliaria se lo dijo en su oficina, y se lo dijo a quien era su mano derecha, el senador Antonio Soto.
“¿Sabes qué fue lo que hicieron? Pues fueron y negociaron con Diego, y negociaron con todos ellos a ver cuántos millones les tocaban a ellos. Se los dieron, yo me di cuenta, y el día que yo llegué a reclamarle tranquilamente que qué estaba pasando a Jesús Ortega, su chofer me quiso golpear y me quiso sacar de la oficina de Jesús Ortega”.
Mayra Correa dice que desde ahí empezó el contubernio que todo el mundo sabe de Jesús Ortega con este grupo. “Y yo intenté también hablar con Andrés Manuel López Obrador, para decirle que lo estaba traicionando Jesús Ortega, por qué y todo lo que había sucedido”.
La corredora inmobiliaria afirma que su urgencia es advertir a todos los senadores y al personal que trabaja en el Senado de la República que no se acerquen al nuevo edificio. Que su vida corre peligro, y grave.
“Está documentado, es una cosa personal que yo no puedo ser cómplice al quedarme yo callada y permitir esos crímenes. Una cosa es lo material y todo lo que se han robado. Pero aquí ya estamos hablando de vidas. De vidas valiosas, de representantes de nosotros que están ahí, que son los senadores”.

Intimidación y ataques
Pero conocer los detalles de la operación no ha sido fácil para Mayra Correa. La intimidación, las amenazas y los atentados la persiguen.
De acuerdo a su testimonio, en los últimos siete años ha sido objeto de una decena de actos de intimidación y atentados, todos denunciados ante las autoridades competentes.
Desde la incursión en su casa, pasando por ataques a sus vehículos y hasta el asesinato de sus mascotas. El último atentado le sucedió hace una semana, cuando balearon su auto en el Estado de México.
“Estamos hablando de que la preocupación que existe dentro de este grupo es que tú sabes demasiado de las cosas que ocurrieron para que ese terreno fuera comprado. Que no solamente se compró a sobreprecio, sino que se edificó algo ahí que nunca debió haber sido edificado. Que lo que hoy estamos viviendo, de que se inundó el Senado y todas las cuestiones que han estado ocurriendo”, denuncia la corredora inmobiliaria.
Mayra Correa es contundente en su juicio: “Son una bola de cobardes, todos ellos son cobardes. Son unos ladrones que le han robado al pueblo mexicano, que yo aquí veo la miseria en la que está, y se me hace aberrante que ayer se acaba de quedar ciega una de las chicas de mi fundación que estoy yo protegiendo, de 27 años, por la diabetes. Porque no hay los recursos para comprarle su medicamento. Pero lo señores se ponen a meter muebles importados con un dinero que no es ni siquiera de ellos”.

De Fox a Calderón
En el sexenio de Vicente Fox, el 18 de agosto de 2003, se convocó al concurso para seleccionar la mejor propuesta.
Se recibieron 55 anteproyectos, y cinco fueron los finalistas presentados el 4 de diciembre de 2003. Era el sexenio foxista, con Diego Fernández de Cevallos y Enrique Jackson dominando el juego político de la Cámara Alta.
De hecho, los anteproyectos ganadores fueron presentados a la Junta de Coordinación Política encabezada por ambos senadores.
El anteproyecto triunfador fue el de los arquitectos Javier Muñoz Menéndez, Jorge Bolio Rojas, Aarón Carrillo Díaz y Juan Carlos Seijo Encalada.
Al actual Senado sólo le correspondió la adjudicación de la obra con fecha 16 de agosto de 2007. Y de las nueve empresas que adquirieron las bases –entre ellas, ICA, Aristos, Gutsa y Grupo Mexicano de Desarrollo–, la ganadora fue GAMI Ingeniería e Instalaciones.
El presupuesto original autorizado fue de mil 699 millones de pesos. El costo final: tres mil 20 millones de pesos. Es decir, 77 por ciento más de lo que originalmente se proyectó.
¿Cuánto de este dinero público se empleó para construir sobre agua y lodo el majestuoso inmueble?
La respuesta del portento arquitectónico la da un documental presentado el año pasado por NatGeo, el canal de National Geographic.
Ese documental exhibe los pormenores de lo que se considera una megaestructura que equivale a construir un edificio en el mar.
¿Había necesidad de gastar todos estos recursos públicos en toneladas y toneladas de acero y concreto para garantizar que el inmueble no se colapsara en el primer temblor?
¿No había algún otro terreno en toda la ciudad de México que fuera más sólido y demandara menos recursos para la construcción?
¿Era necesario invertir casi 10 millones de pesos por cada uno de los 300 senadores que ocupan el recinto?
Por ahora, la denuncia de Mayra Correa Hernández siembra la duda razonable. Y la respuesta sobre qué tan seguro es el inmueble, se dará con el tiempo.
Lo que hoy obliga es una investigación para conocer los pormenores de la compra del controvertido terreno y la asignación de la obra.
La sede del máximo Poder Legislativo, de donde emanan las leyes y donde se vigila que se cumpla el Estado de derecho, no puede estar cimentada en contubernios, malversaciones y presuntas corruptelas.

La nueva sede
en números
1,650 días
Fue el tiempo destinado a la construcción. Esto es si se considera como fecha de entrega el 30 de abril de 2011.
40 por ciento
Es lo que se asegura que falta para concluir la construcción.
3,020 millones 23 mil 719 pesos
Es el costo total de la obra. Esta cifra supera en 77.7 por ciento el presupuesto hecho por la LIX Legislatura en 2005, según el registro histórico del Fideicomiso 1705. (Excélsior)
9 mil metros cuadrados
Es la extensión total del terreno donde fue construido el recinto.
50 millones de pesos
Es la multa que se debe aplicar a la constructora, dicen los senadores.
El terreno donde se construyó la sede del Senado es fangoso y endeble.
Sobre el suelo de arcilla, material que combinado con agua sirve para moldear figuras, se edificó una construcción que pesa 45 mil toneladas.
En menos de 100 años, algunas zonas de la ciudad de México se han hundido hasta 11 metros.
45 mil toneladas
Es el peso total de la construcción.
80 mil metros cúbicos de concreto
Fueron utilizados construir el edificio. Esta cantidad de material serviría para encarpetar la avenida Reforma de la ciudad de México.
16 mil toneladas de acero
Conforman la estructura y los refuerzos. Este peso duplica el de la Torre Eiffel.
74 mil metros cuadrados
Es el tamaño total de la construcción.
1 mil 273 vehículos
Es la capacidad del estacionamiento.

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