viernes, 29 de abril de 2011

“Ni” nos dejan estudiar “ni” nos dejan trabajar


Por Hiria Campos


¿Qué es realmente la generación “Nini” No se trata de una generación que ni estudia ni trabaja por voluntad propia. Estamos hartos de oír que los jóvenes no queremos estudiar, que no trabajamos, que somos la generación del botellón, y un montón de estereotipos más que nos han colgado para desprestigiarnos. Ante todo eso decimos que No.

La generación “Nini”, como los medios de comunicación nos llaman, la conformamos todos los jóvenes que sufrimos los ataques de la crisis y del capitalismo. Es la generación de jóvenes a los que la privatización y elitización paulatina de la educación y los recortes por parte del Gobierno a través de sus leyes -como la LOE y el Plan Bolonia- nos impiden estudiar, y el paro masivo y medidas como la Reforma Laboral nos impiden trabajar.

“Ni” nos dejan estudiar

Desde hace años venimos sufriendo un pactado deterioro de la educación pública, instrumentado por los gobiernos y admitido por la burocracia de CCOO y UGT, que se refleja en la decadencia de nuestros centros de estudio. En el Estado español se destina a educación un 4’5% del PIB, frente al 5’4% de media europea. Con la LOE se destina una buena parte del dinero público a la privada y se está llevando a nuestros centros públicos a un continuo declive de la calidad de las infraestructuras; falta de materiales; y un largo etcétera, por no hablar de la segregación en itinerarios que condena a muchos de nosotros a ser mano de obra poco cualificada y barata. Ademas de un progresivo aumento del número de alumnos por aula (ratios de 28 en infantil y primaria, 33 en secundaria), dato que está estrechamente relacionado con la tasa de fracaso escolar del 30% (frente al 15’2% en Europa). Por otro lado -y dentro de los planes del gobierno-, nos esperan más recortes, como la reducción de 1 800 millones de euros del presupuesto destinado a educación para 2011. Ya percibimos los cambios. Muchas Comunidades Autónomas –cuyo presupuesto ha disminuido en un 5%- se plantean la opción de no convocar plazas de profesores en 2011, y las que convocan reponen como máximo solamente el 30% de las jubilaciones. Mientras, vergonzosamente, los dirigentes de los sindicatos de la enseñanza en muchas regiones, como en Aragón, demandan no hacerlo por razones corporativas. En Catalunya el Govern de Mas ya ha anunciado la reducción de un 25% de los presupuestos de los isntitutos y colegios públicos, lo que ha llevado a muchos directores a advertir que no podrán costear servicios tan esenciales como la limpieza o la calefacción. Todo esto se viene a sumar a la disminución de una media de 5% de los sueldos docentes y del resto de trabajadores de la la enseñanza…Hasta este pasado año los profesores eran los únicos de la OCDE cuyo sueldo había bajado en los últimos diez años. Han perdido más de un 20% de poder adquisitivo, mientras en el resto de los países de la UE aumentaban las retribuciones salariales del profesorado. Y es que el salario de los profesores es un indicador del reconocimiento social que se le da a la educación. En los estudios superiores el panorama es mucho peor. Durante los últimos años la Universidad ha estado sufriendo una elitización progresiva que ha culminado con el indeseable Plan Bolonia. La selectividad se endurece más y más, se eliminan las plazas destinadas a FP, se reduce el número de plazas públicas… Por otro lado se nos ataca por medio del encarecimiento de las matrículas, alcanzando un aumento de hasta el 8’2%. Se resume en mil y un obstáculos más para la entrada a la universidad de los hijos de los trabajadores y en la degradación de muchas facultades. En la Facultad de Geografía e Historia de la UB, por ejemplo, los grupos de primero son de entre 100 y 120 alumnos, pero... ¡¡la capacidad máxima de las aulas es de 80!!. Menos profesores, aulas vacías y en las que están llenas estudiantes de pie o en el suelo, esta es la universidad a la boloñesa. Pero Bolonia continúa. Ahora, los planes de la burguesía tienen el nombre de Estrategia de Universidad 2015 (EU2015). Bajo la intención de crear una ‘sociedad del conocimiento’, cuya economía está basada en el conocimiento, se toma la universidad como “una herramienta hacia el crecimiento económico”. “La política de inversión en educación y formación debe tener en cuenta las nuevas necesidades de la sociedad del conocimiento” Tal y como se desarrolla en Francia mediante los PRES (pôles de recherche et d’enseignement supérieur; Polos de Investigación y Enseñanza Superior), en Reino Unido (HE institutions) y en Alemania; en España se implantará el EEES (Espacio Europeo de Ecuación Superior), donde la Universidad tendrá un carácter tanto público como privado, y con financiación pública, se creará una estructura universitaria dependiente de intereses privados que beneficiará a las empresas. Es decir, la universidad se subordinará aún más a los intereses privados. Lo que, en última instancia, significará más subida de tasas, desaparición de carreras, criterios de gestión empresariales, y un largo etcétera. Si ya en la actualidad el estado burgués permite que el 44,8% de los alumnos de clases trabajadoras presente un riesgo elevado de abandono académico, frente al 22,7% de clases medidas; ¿Qué será de la educación de los hijos de obreros con más Bolonia?

“Ni” nos dejan trabajar

La situación de crisis internacional y estatal ha puesto a la juventud en una situación desesperada. La patronal nos niega el simple hecho de trabajar (paro del 50% de jóvenes, el 40% de los cuales son de larga duración); mientras que los jóvenes que sí trabajan sufren trabajos ULTRA precarios (tasa de temporalidad del 57%). Y los ataques por parte de la patronal y el gobierno no paran. La Reforma Laboral que abarata el despido y encrudece el paro, el Pensionazo, el Pacto Social…firmados por la burocracia sindical traidora de los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT. Todo esto no hace sino agravar la situación de la juventud. Como decimos en la editorial los jóvenes trabajadores somos uno de los sectores más dañados con estas medidas. Nos jubilaremos a los 67 (o a los 69, puesto que en 2027 se “acompasará” de nuevo la edad de jubilación con la esperanza de vida), con pensiones mínimas, de hambre... y hasta entonces trabajos basura, jornadas parciales, sueldos bajísimos. Como hemos podido observar, no somos la juventud pasota y vaga que la burguesía y los gobiernos pretenden vendernos mediante sus herramientas (los medios de comunicación, la educación…) de que ni trabajamos ni estudiamos. Tampoco es cierto que no luchamos.

La juventud sí lucha

Nuestros hermanos mayores lucharon en contra de la guerra de Irak, en contra de la LOCE... y los estudiantes de medias y universidad plantamos cara contra el Plan Bolonia, con multitudinarias manifestaciones en todo el Estado, ocupación de facultades, acampadas, huelgas... La juventud ha demostrado históricamente y sigue demostrando hoy en día, que sigue luchando y enfrentándose a los intereses de la patronal, como los jóvenes en Francia, Gran bretaña, Italia, y la oleada de procesos revolucionarios en el mundo árabe como Egipto, Túnez, Argelia, Yemen, Bahrein, Libia...Si bien es cierto que debido a derrotas como la aplicación del Plan Bolonia, los pactos de la burocracia sindical con el gobierno, la Reforma Laboral,etc, hay un ambiente de parálisis. Esto se debe en gran parte al papel de contención que han jugado la burocracia de CCOO y UGT y ahora a la traición histórica de estos dirigentes vendidos. Pero esta situación de “apatía” es solo aparente, el cabreo de nuestra generación es palpable en cualquier conversación entre colegas, compañeros de clase o de curro. El mismo proceso de organización sindical en Telepizza del que hablamos en esta revista es un síntoma de que no es imposible empezar a pasar a la acción.

La situación a la que nos ha llevado la patronal con la Alianza del gobierno, y de la burocracia es desesperada. Los jóvenes tenemos que salir a luchar contra estos brutales ataques y contra quien los lanza. Hacerlo en alianza con el resto de la clase trabajadora, y demostrar que esta unión puede derrotar los planes del Gobierno. Debemos derribar al Gobierno y echar a la burocracia, recuperando nuestros sindicatos, para que sean un instrumento de lucha de la la clase trabajadora. Con la traición comienzan a salir sectores opuestos a flote contra la firmas de los pactos en las bases de los sindicatos mayoritarios. Además la izquierda sindical también quieren avanzar en levantar una alternativa de lucha que quiebre la paz social. Y lo más importante, los aires revolucionarios que soplan en el mundo árabe parece que van a seguir traspasando fronteras. Los jóvenes egipcios, tunecinos, libios o marroquíes, entre otros, se encuentran a la cabeza de las respuestas a la crisis capitalista y los Gobiernos y Regímenes que nos quieren convertir en una generación perdida. Su lucha seguro que va acabar inspirando a millones de jóvenes y trabajadores del mundo. Para esos combates los jóvenes del Estado español tenemos que prepararnos.

¡Su paz social no será eterna! ¡El futuro es nuestro!

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