lunes, 9 de mayo de 2011

No más muertes, no más odio




La Marcha Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad concluyó con una congregación multitudinaria de apoyo en el Zócalo de la Ciudad de México / Ahí, Javier Sicilia demandó un cambio a la estrategia de “guerra” del espurio Felipe Calderón contra el Narcotráfico / Como prueba de que el inquilino de Los Pinos escuchó esta muestra de unidad ciudadana pidió que sea destituido el nefasto secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna / Las muestras de repudio a la fallida táctica de combate a la Delincuencia Organizada traspasaron las fronteras y llegaron hasta la Casa Blanca, con un grupo de mexicanos demandando que la seguridad regrese a México

MÉXICO, DF, 8 de mayo (EL UNIVERSAL, AFP, APRO, NOTIMEX).- Respaldada por miles y miles de ciudadanos que se dieron cita en el Zócalo capitalino, la Marcha Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad concluyó con la exigencia no sólo del cambio en la estrategia de combate a la delincuencia bajo un nuevo enfoque ciudadano y de respeto a los derechos humanos, sino también con una condena a la complicidad de autoridades y partidos políticos con el crimen organizado.
La marcha nacional por la paz y la justicia podría hacer historia. Las propuestas y sobre todo el tono de quienes hicieron camino, a partir de la convocatoria del poeta Javier Sicilia, contienen los significados de un parteaguas.
Quienes llegamos a pensar que este movimiento no era capaz de producir una alternativa frente a la estrategia de guerra comandada por Felipe Calderón nos equivocamos.
El proyecto de pacto que, a partir de ayer, da sentido a este movimiento es un documento bien meditado, inteligente y comprehensivo. Se hace cargo de la complejidad del fenómeno y responde puntualmente a ella.
Más allá de los inevitables reclamos a las autoridades, tanto federales como locales, este pacto —que quiere hacerse de un largo consenso ciudadano de aquí al 10 de junio— pone en el centro del compromiso por la paz a las personas de cada comunidad afectada por el crimen. En simultáneo, resta protagonismo a las policías y al Ejército, cuya credibilidad para resolver la grave circunstancia cada día se halla más mermada.
Se trata de un acuerdo a partir de la ley y no de la arbitrariedad, de las instituciones y no del caos, de la Constitución y no del autoritarismo. Es una apuesta que rechaza los extremos, tanto el del militarismo impune como el del arreglo mafioso que en el pasado administrara las relaciones entre las autoridades y los narcotraficantes.
En su diagnóstico se definen soluciones y también se igualan énfasis frente a cada una de las causas que, al origen, convocaron al desastre. Ahí se denuncian los argumentos que llevaron al desmembramiento social, los motivos de la inoperancia política, el simplismo con que los partidos y los funcionarios han actuado, las mezquindades económicas y de poder que tienen al país paralizado.
Es difícil no coincidir con las propuestas socializadas el día de ayer en la plaza de la Constitución. Muy probablemente la ruta ofrecida ayer por este movimiento será, a partir de ahora, la coordenada principal para devolverle a las instituciones —sobre todo a las encargadas de la seguridad— la legitimidad extenuada.
Con todo, lo más relevante de esta marcha fue el tono de reconciliación pacífica que los voceros del movimiento lograron imponer durante este numeroso acto de participación política.
El silencio hizo lo suyo para que los más vociferantes calmaran su odio y también sus vanidades. Durante estos tres días de penosa andanza ganó el respeto, la tolerancia y la seriedad que se merecen los asuntos más graves. No fue una marcha fúnebre, pero sí lo fue de duelo.
Cuando finalmente la palabra se escuchó en el corazón de la ciudad de México, lo mejor entre lo humano triunfó sobre las bajas pasiones de quienes fatuamente querían seguir hablando de muerte. Al mismo tiempo, las víctimas dejaron de ser un número para recuperar el nombre que en vida tuvieron.
Si el presidente de la república, si los líderes partidarios, si los gobernadores, si los poderes económicos, si los medios de comunicación son capaces de escuchar lo que ayer domingo se dijo, el comienzo de la reedificación del país podría fecharse en estos días.
Una sola señal pidió Javier Sicilia para saberse escuchado por Felipe Calderón: la salida del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, del gabinete presidencial.
Se trata de una petición exacta, la cual demostraría al movimiento por la paz y la justicia que el habitante de Los Pinos está sinceramente dispuesto para dialogar con una sociedad cada vez más distante de lo que ocurre en esa casa.
De cumplirse el pedimento, se ofrecería también una señal de humildad y reconocimiento frente a una estrategia que, al menos en parte, se ha exhibido como rotundamente equivocada.
Además, se anunciaron el inicio de acciones de resistencia pacífica si las autoridades no cumplen con reformas sociales, económicas y políticas, que permitan devolver al país la seguridad y paz.
Después de casi siete horas de caminata, desde Ciudad Universitaria hasta Plaza de la Constitución, los oradores leyeron sus discursos en medio de constantes gritos de descontento hacia la administración de Felipe Calderón. La Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal calculó en 90 mil el número de personas asistentes, aunque los organizadores afirmaron que fueron 200 mil.
En el acto, donde se pidió retirar el fuero a legisladores y autoridades involucrados en delitos, el escritor Javier Sicilia pidió la renuncia del secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, como una muestra de que Felipe Calderón “sí nos oyó”.
En el templete instalado en el Zócalo se podían escuchar amargos testimonios que calaban hasta los huesos; personas que antes no eran activistas, los padres de los bebes fallecidos en la guardería ABC, las familias de desaparecidos sin rastro ni rostro, sin denuncia por el miedo, exigían justicia, madres, con la voz cortada por el dolor “la muerte de un hijo no es natural, no se es viudo, huérfano o difunto, se es nada…” “no queremos ni una madre más llorando por sus hijos, esto tiene que cambiar” contaban uno tras otro los y las participantes que dejaban algo claro “la guerra la hacen ellos, los muertos los ponemos nosotros”.
Al arribo de Sicilia al templete, entre aplausos, se dispuso a leer su mensaje “Si hemos caminado y hemos llegado así, en silencio, es porque nuestro dolor es tan grande y tan profundo, y el horror del que proviene tan inmenso, que ya no tienen palabras con qué decirse. Es también porque a través de ese silencio nos decimos, y les decimos a quienes tienen la responsabilidad de la seguridad de este país, que no queremos un muerto más a causa de esta confusión creciente que sólo busca asfixiarnos…”
Además, exigió a los partidos políticos limpiar sus filas del crimen organizado. “No aceptaremos más una elección si antes los partidos políticos no limpian sus filas de esos que, enmascarados en la legalidad, están coludidos con el crimen y tienen al Estado maniatado”, dijo.
“Sin una limpieza honorable de sus filas y un compromiso total con la ética política, los ciudadanos tendremos que preguntarnos en las próximas elecciones ¿por qué cártel y por qué poder fáctico tendremos que votar?”, expresó.
El poeta Sicilia advirtió que de no atender el llamado, las instituciones quedarán vacías de sentido y de dignidad, y las elecciones de 2012 serán las de la ignominia.
“Una ignominia que hará más profundas las fosas en donde, como en Tamaulipas y Durango, están enterrando la vida del país”, aseguró Sicilia frente a miles de personas, quienes respondían con gritos y aplausos.
Al finalizar el discurso, el Zócalo capitalino enmudeció ante la petición del poeta de guardar cinco minutos de silencio en memoria de los muertos, víctimas de la delincuencia.
En el mitin se lanzaron severas críticas al sistema de procuración y administración de justicia, e igualmente a la actuación de los partidos políticos y sus congresistas, e incluso se exigió se realice una reducción del presupuesto que se les otorga.
Frente a miles de personas reunidas en la Plaza de la Constitución para protestar por la violencia en México, el poeta y periodista Javier Sicilia pidió la renuncia del secretario de Seguridad Pública federal (SSP), Genaro García Luna, para evitar más muertes.
Tras días de caminata desde la Glorieta de la Paloma de la Paz, en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, los integrantes de la Marcha Nacional por la Paz llegó al Zócalo de la Ciudad de México.
Al hacer uso de la palabra, Sicilia exigió al Gobierno federal detener la ola de violencia, por lo que pidió la renuncia del secretario de Seguridad Pública.
“No más muertes, no más odio, debemos caminar por las calles con dignidad”, expresó el poeta, quien perdiera a su hijo Juan hace más de un mes en manos del crimen organizado en el estado de Morelos.
Tras su arribo a la Plaza de la Constitución, dirigentes de la Marcha Nacional por la Paz hicieron uso del micrófono del estrado para protestar por la violencia en el país, narrar sus experiencias y exigir un alto a la inseguridad.
Decenas de personas subieron al templete para unir su voz a la de miles que abarrotan el Zócalo capitalino en demanda de paz.
Entre aplausos, expresiones de apoyo y al grito de “no están solos” la vanguardia de la Marcha Nacional por la Paz comenzó su ingreso al primer cuadro de la ciudad alrededor de las 16:00 horas, cuyas calles están repletas de ciudadanos unidos bajo la exigencia de “Ya basta”.
El escritor y poeta Javier Sicilia levanta la mano derecha en señal de agradecimiento y junto a él caminaron decenas de activistas sociales como del Comité del 68, el Movimiento la Otra Campaña del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), politólogos, amigos y familiares.
Destacan cientos de pancartas con el nombre de personas que han sido víctimas de secuestros o del crimen organizado.
“Alberto Valladolid, Jaime Aceves, y Enrique García. Desaparecido en Colima el 6 de diciembre de 2010”.
Sobre 5 de mayo los organizadores colocaron entre los edificios una enorme manta color rojo y en medio el logotipo de no más sangre.
Olga Reyes, de una familia de activistas de Chihuahua que han sido asesinados, leyó el denominado “pacto nacional contra la violencia”, promovido por Sicilia y distintas organizaciones civiles y que se firmará en junio próximo en Ciudad Juárez, considerada la localidad más violenta de México.
El pacto demanda a Calderón poner fin a “la estrategia de guerra y el enfoque militarista de la seguridad publica y asumir una estrategia ciudadana con visión de derechos humanos y sin intervención del Ejército en labores policiales”.
También se emplaza al gobierno a presentar en un plazo de tres meses a los autores intelectuales y materiales de algunos de los “casos emblemáticos que han lastimado a la sociedad”, entre ellos el del activista finlandés Jyri Antero Jaakkola, quien murió en abril de 2010 baleado por un presunto grupo paramilitar en Oaxaca.
Replican Marcha por la Paz frente a Casa Blanca en EU
La Marcha por la Paz en México llegó este domingo hasta la Casa Blanca, donde un grupo de mexicanos se arracimó frente al pórtico principal de la residencia presidencial para lanzar el “!Ya Basta!” y el “!Estamos hasta la Madre!”, un reclamo que ha cruzado fronteras para manifestarse contra la violencia y para exigir el fin de la impunidad.
Similares concentraciones se han programado en distintas ciudades de la Unión Americana como Nueva York, Los Ángeles y Chicago donde se concentra el mayor número de mexicanos residentes en Estados Unidos.
“Hemos querido hacer esta manifestación frente a la Casa Blanca para solidarizarnos con los familiares de las víctimas en México”, aseguró Ricardo Juárez de la organización Mexicanos sin Fronteras, durante un acto que contó con la presencia de un reducido grupo del Distrito de Columbia y otros que llegaron desde los vecinos estados de Virginia, Maryland, Carolina del Norte, Delaware y Nueva Jersey.
“Hemos querido venir para sumarnos a la marcha por la paz en México y para denunciar que las políticas de seguridad de nuestro país se sigan dictando desde Estados Unidos y para protestar contra operativos como Rápido y Furioso que permitieron el tráfico ilegal de armas han causado la muerte de muchos mexicanos”, aseguró Juárez.
A éste acto acudieron ciudadanos mexicanos de toda clase y condición.

Marcha en Guadalajara por la paz
Unas mil 500 personas, casi todas vestidas de blanco y con pancartas y globos, marcharon por la paz en Guadalajara.
Familias completas, grupos de amigos, integrantes de la comunidad gay y personas de la tercera edad se reunieron en la plaza Juárez, a unos tres kilómetros al sur del centro de la ciudad.
“Todos estamos cansados de esta guerra, de que mueran inocentes, de que la violencia vaya en aumento. Aquí estamos de todos credos y de todas edades con una exigencia común”, gritó Enrique de 27 años, mejor conocido como Carol.
En el marco de la Marcha Nacional por la Paz y la Justicia, habitantes de Nayarit y de San Luis Potosí realizaron manifestaciones en las que exigieron cese la violencia y el derramamiento de sangre.
En Nayarit, unas 100 personas se solidarizaron con el escritor Javier Sicilia y se movilizaron desde el templo de la Cruz hasta la Catedral de la ciudad, haciendo una parada en el Palacio de Gobierno.
Los manifestantes portaron mantas y cartulinas en las que demandaron seguridad para los habitantes.
Por otra parte, en San Luis Potosí decenas de personas participaron esta mañana en una de dos marchas por la paz organizadas en la entidad.
La segunda caminata comenzó desde la Caja del Agua hacia la Plaza de Armas.
Decenas de personas adheridas a distintas organizaciones de la sociedad civil y profesores de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, en Oaxaca se unieron a la Marcha Nacional por la Paz, convocada por el poeta Javier Sicilia, a quien le asesinaron a su hijo hace más de un mes.
La marcha en esta ciudad partió de las instalaciones del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), al oriente de la capital, para llegar al zócalo, donde realizaron un mitin para exigir la desmilitarización del país y un alto al derramamiento de sangre en territorio mexicano.
Los participantes en esta marcha portaron mantas en las que se leían “No más sangre”, “Alto al Fuego”, una
En silencio con una manta que pide “no más sangre” poco más de 50 tlaxcaltecas realizaron la marcha de la Paz este medio día en la capital del estado a modo de protesta por la violencia que prevale en el país.
El contingente inició una marcha este domingo en la Plaza Xicoténcatl para llegar a la explanada de palacio de gobierno y protestar por la guerra emprendida por el gobierno federal contra la delincuencia organizada.
Frente a la sede del poder Ejecutivo ciudadanos, comunidad artística, activistas sociales y académicos manifestaron su hartazgo contra los actos violentos en el país que han dejado a más de 40 mil personas muertas.
Juan Escutia, uno de los convocantes a la marcha, señaló que el acto es una resonancia del acto que se lleva a cabo en la ciudad de México encabezado por el poeta Javier Sicilia.
Tras la marcha que reunió más de mil 500 personas, la Iglesia católica consideró que este tipo de eventos que se realizan en todo el país, es el justo reclamo válido de la sociedad que está inmersa en un clima de inseguridad.
El padre Ignacio Mendoza Wong, encargado de Comunicación Social de la Diócesis de Torreón, dijo que la iglesia avala y apoya estos eventos porque forman parte de la inquietud de la comunidad.
Empresarios, abogados, estudiantes y jóvenes de todas las edades, con pancartas, globos y vestidos de blanco se concentraron en la Fuente del Pensador de la Alameda Zaragoza para después recorrer varias calles hasta llegar a la Plaza de Armas.
En ese lugar hicieron un reclamo a tanta delincuencia, y con estos movimientos, que no será el último, lucharán por lograr la dignidad y justicia social.
“No hay camino para la paz; la paz es el camino”.
Siete organizaciones no gubernamentales de Querétaro se sumaron a la movilización en demanda de paz y justicia en el país.
Mediante un comunicado, llamaron a una concentración a partir de las 19:00 horas en la Plaza de Armas de la ciudad, ubicada frente al Palacio de Gobierno y teniendo a sus costados las sedes del Poder Legislativo y del Judicial.
La movilización es convocada por las organizaciones denominadas Izquierda Ciudadana, Frente Estatal de Lucha, Movimiento de Resistencia Juvenil, Ciudadanos por la Democracia, Comités Democráticos del Magisterio, así como por el Sindicato de Trabajadores de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y Encuentro Ciudadano.
Un reducido grupo de poblanos participó en la Marcha Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad convocada a nivel nacional por el poeta Javier Sicilia.
Con pancartas y consignas como “No más Sangre”, “No más muertos”, “Calderón regresa al Ejército a los cuarteles”, expusieron su repudio a la violencia que aqueja al país, primordialmente por las muertes atribuidas al narcotráfico.
Gerardo Rojas, un ciudadano que participó en la movilización, reprochó la apatía de la sociedad para participar en este tipo de protestas.
Evidenció que los ciudadanos están acostumbrados a la manipulación mediática, es decir, a ver las telenovelas, el futbol y los reality shows, por lo que la reflexión y la solidaridad están en el olvido.
Con ofrendas florales, colocadas en honor a las víctimas de la violencia en Sinaloa, activistas, artistas, luchadores sociales y ciudadanos se sumaron a la jornada nacional por la paz, convocada por el escritor Javier Sicilia.
Desde temprano, en la plazuela Álvaro Obregón, artistas y universitarios actuaron, pintaron, tocaron música y exhortaron a la población a escribir misivas con mensajes sobre el cese de la violencia para enviarlas a la residencia oficial de Los Pinos.
Los sinaloenses convivieron y desarrollaron diversas actividades como parte de un esfuerzo por volver a gozar de las plazuelas y los lugares comunes.
A las 14:00 horas, artistas, luchadores sociales, universitarios y ciudadanos vestidos de blanco se unieron en una columna para iniciar su marcha por las principales calles de esta ciudad.
El presidente de la Comunidad Artística, Alez López, convocó a todos los sectores a formar un frente cívico para rescatar los espacios públicos y presionar a las autoridades poner que frenen la violencia.
Integrantes de redes sociales y estudiantes universitarios respaldaron, con una manifestación silenciosa, la Marcha Nacional por la Justicia y Contra la Impunidad.
Alrededor de 200 participantes se concentraron en las afueras de la catedral de San Marcos en esta capital, donde exhibieron pancartas de repudio a la violencia, al crimen organizado y la inseguridad que azota al país.
“No más sangre”, “ Queremos paz y tranquilidad”, “ Alto al crimen que aniquila y vulnera nuestra juventud”.
La marcha de apoyo al movimiento nacional que encabezan organizaciones sociales, de derechos humanos y el poeta Javier Sicilia, partió del Parque Bicentenario y del sector sur centro-oriente al centro de la capital.
En ella participaron estudiantes de universidades públicas y privadas, y de redes sociales organizadas en torno a la promoción y defensa independiente de los derechos humanos.
Este domingo, miles de simpatizantes e integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se movilizaron en San Cristóbal de las Casas en apoyo a la paz y la tranquilidad del país.
Los rebeldes indígenas expresaron su rechazo al “baño de sangre” que deja la lucha gubernamental contra el crimen organizado.
Unas 200 personas marcharon en el puerto de La Paz en apoyo a las movilizaciones nacionales de este domingo exigiendo alto a la violencia que azota al país y de la cual, señalaron, Baja California Sur no está exenta.
Artistas, profesores, científicos e integrantes de distintas agrupaciones civiles caminaron por el malecón costero paceño, partiendo desde el sitio conocido como El Molinito, frente a las instalaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social hacia la plaza principal del puerto.
La marcha inició hacia las 18:00 -hora local- y concluyó con un mitin en el kiosco del malecón en donde personas tomaron el micrófono para recordar casos violentos que también han ocurrido en la entidad.
Recordaron el fallecimiento de un joven afuera de un bar de la zona costera de La Paz, así como secuestros ocurridos sobre todo en esta capital y en Los Cabos.
También recordaron la muerte del joven estudiante del Tecnológico de Monterrey, Javier Francisco Arredondo Verdugo -originario del estado-, ocurrida el año pasado en aquella ciudad norteña.

Puntos de acción
Luego de hacer un diagnóstico en que se encuentra México, se dio a conocer un documento en el que se planteó seis puntos de acción y de compromisos, en el cual se afirma que este es un momento de “emergencia nacional” y que es indispensable que el país se articule de manera plural e incluyente, desde abajo entre todos, a fin de impulsar cambios de fondo que recuperen el piso que nos une, y posibilite la convivencia social.

Razones y urgencia
Ante la emergencia nacional, hoy más que nunca resulta necesario tomar medidas urgentes para detener esta guerra con su escalada de violencia y regenerar el tejido social y comunitario.
Este momento histórico adverso y profundamente violento es resultado de estructuras económicas y sociales que generan desigualdad y exclusión. Aquí impera la muerte, muerte lenta causada por la miseria, la pobreza, el desempleo, la falta de oportunidades para el desarrollo pleno de nuestras vidas y por la destrucción del ambiente.
(...) La guerra contra el narcotráfico es una manifestación de políticas y acuerdos internacionales que sitúan a México como el campo de batalla donde a los pobres de este país y Centroamérica les toca pagar una alta cuota de vidas humanas para que las drogas lleguen a su destino y consoliden grandes negocios.
Frente a este escenario, el Estado ha optado por una estrategia militar para enfrentar al crimen organizado y la protesta social, privilegiando un proceso de militarización intensivo y extensivo de la seguridad pública, no sólo por el amplio despliegue de las fuerzas militares en territorio nacional, sino también por la creciente presencia de los mandos castrenses en la dirección de las policías civiles.
(...) Resultado de esta estrategia que pone en el centro la confrontación violenta, es una guerra civil donde mexicanos matan mexicanos, generando 40 mil ejecuciones en lo que va del sexenio. Sólo en el mes pasado, en abril, se contabilizaron mil 427 asesinatos, considerando los cuerpos hallados en las narcofosas. Las víctimas civiles se cuentan ya por miles en todo el país: más de 230 mil personas desplazadas, 10 mil huérfanos (la Redim calcula 30 mil aunque no es una cifra oficial), 10 mil secuestros de migrantes, más de 30 alcaldes asesinados.
(...) Un componente fundamental que explica esta escalada de violencia y guerra es la enorme corrupción y su infiltración en el Estado en todos sus niveles.
(...) La impunidad es otro de los factores que determinan lo que hoy sucede en el país: 98.3% de los delitos quedan impunes. Tenemos un sistema de procuración e impartición de justicia incapaz de investigar y sancionar a quienes cometen los delitos y la violación de derechos.

II. Visión común con exigencias mínimas y compromisos
(...) Proponemos a la sociedad y planteamos la exigencia y mandato a las autoridades acciones de corto y mediano plazo que inicien un nuevo camino de paz con justicia y dignidad.
(...) A. Se deben esclarecer y resolver los asesinatos, las desapariciones, los secuestros, las fosas clandestinas, la trata de personas y el conjunto de delitos que han agraviado a la sociedad. (...) Determinar la identidad de todas las victimas de homicidio es un requisito indispensable para generar confianza.
B. Exigimos a las autoridades estatales y federal (...) la resolución pública que presente (...) a los autores intelectuales y materiales de algunos de los casos emblemáticos que han agraviado a la sociedad, entre ellos: la familia Reyes, (...) Marisela Escobedo y su hija Rubí, (...) Bety Cariño y Jiri Jaakola, (...) las niñas y niños de la guardería ABC, (...) la familia Le Barón, (...) los jóvenes de Villas de Salvárcar, (...) los jóvenes de Morelos.
C. Convocamos a la sociedad civil a rescatar la memoria de las víctimas de la violencia, a no olvidar y exigir justicia, colocando en cada plaza o espacio público placas con los nombres de las víctimas.
2. Exigimos poner fin a la estrategia de guerra y asumir un enfoque de seguridad ciudadana.
A. Se debe cambiar el enfoque militarista y la estrategia de guerra de la seguridad pública y asumir una nueva estrategia de seguridad ciudadana, con enfoque en los derechos humanos.
(...) B.I. Exigimos que antes de dos meses los Congresos locales aprueben la reforma constitucional en derechos humanos y sea publicada para darle plena efectividad, y que en el mismo plazo se instituya el mecanismo de protección de periodistas y defensores de derechos humanos.
B.II. Exigimos que no se aprueben leyes o normas que conculquen los derechos humanos y las garantías individuales bajo el concepto de seguridad nacional y que no se aprueben las modificaciones propuestas al dictamen de la Ley de Seguridad Nacional.
(...) 3. Exigimos combatir la corrupción y la impunidad.
A. Se requiere una amplia reforma en la procuración y administración de justicia que dote de verdadera autonomía al Ministerio Público y al Poder Judicial, que establezca el control ciudadano sobre las policías y los cuerpos de seguridad, avance en la reforma de los juicios orales y establezca sistemas más efectivos de control judicial que reduzcan la discrecionalidad en los procedimientos y resoluciones de fondo. La justicia no puede seguir al servicio de intereses y cálculos políticos. También se requiere legislar para generar la capacidad y atribuciones de investigación y consignación de funcionarios públicos de los tres órdenes de gobierno en casos de corrupción.
B. Exigimos que, en máximo 6 meses, el Congreso elimine el fuero de legisladores y funcionarios de los tres órdenes de gobierno, en materia de actos de corrupción, delitos del orden común y de crimen organizado.
4. Exigimos combatir la raíz económica y las ganancias del crimen
A. La criminalidad y su violencia tiene como su motor las ganancias derivadas del narcotráfico, los secuestros, la trata de personas, la extorsión, la venta de “protección” y demás delitos que después reinyectan los recursos en la economía mediante el lavado de dinero. Exigimos un combate frontal al lavado de dinero y activos de los delincuentes mediante la creación de unidades autónomas de investigación patrimonial, en coordinación con la Unidad Federal de Inteligencia Financiera, que permitan reunir material probatorio para formular acusaciones y dictar sentencias por los actos de negocios ilegales.
B. Exigimos la presentación de un Informe a la Nación sobre los resultados de la investigación patrimonial y el lavado de dinero, que muestre los casos más notorios que se han sancionado en este sexenio y sobre el avance en la integración de las Unidades de investigación sobre lavado de dinero de las 32 entidades federativas y la federal.
(...) 5. Exigimos la atención de emergencia a la juventud y acciones efectivas de recuperación del tejido social.
A. La seguridad ciudadana no se resolverá con armas y violencia. Exigimos una política económica y social que genere oportunidades reales de educación, salud, cultura y empleo para jóvenes, porque son las y los principales víctimas de esta estrategia. Exigimos la recuperación del carácter público de la educación y romper el control corporativo que ejerce la cúpula del SNTE sobre la política educativa, así como el incremento inmediato en los recursos destinados a las acciones sociales de seguridad ciudadana, al menos en la misma proporción de los destinados a las fuerzas armadas y de seguridad pública.
B. Exigimos que en los próximos 3 meses se establezca un programa especial de emergencia nacional para y de jóvenes que invierta las prioridades del presupuesto, garantizando, al menos, lo mismo que se destina a seguridad para la construcción de escuelas y el aumento de la matrícula en educación secundaria, media superior y superior; un sistema universal de becas para estudiantes de secundaria, EMS y superior de escuelas públicas, así como recursos para proyectos culturales, deportivos, productivos y sociales realizados por los propios jóvenes y sus organizaciones, como actores de reconstrucción del tejido social en sus barrios, comunidades y unidades habitacionales.
6. Exigimos democracia participativa, mejor democracia representativa y democratización en los medios de comunicación.
La seguridad requiere democracia y nuevos medios de participación ciudadana. Exigimos que se amplíen los medios e instrumentos de participación ciudadana en los asuntos públicos mediante el reconocimiento institucional de la consulta popular, las candidaturas independientes, la revocación de mandato, la contraloría social y las acciones colectivas.
Se requiere una política de Estado en materia de telecomunicaciones que rompa, en el menor tiempo posible, los monopolios y genere una amplia democratización y apertura, no sólo a la competencia, sino al fortalecimiento de los medios públicos.
Exigimos a la Cámara de Diputados que en un periodo extraordinario a más tardar en dos meses, apruebe la minuta de reforma política constitucional aprobada por el Senado que establece, la consulta popular, la iniciativa legislativa, las candidaturas independientes y la reelección inmediata de legisladores y alcaldes.

III. Para iniciar el camino
(...) Proponemos dos momentos para lograr esto: un pacto ciudadano entre los miembros de la sociedad civil y en un segundo momento, una serie de planteamientos y de mandatos, de exigencias a los gobernantes, a los líderes de los partidos políticos y a los factores de poder.
Este momento requiere la participación de todas y todos; el Pacto de la sociedad civil implica un esfuerzo de unidad y organización de la sociedad civil nacional, para que tengamos una voz y acciones con el fin de parar esta guerra y la violencia social, corrupción e impunidad que nos está destruyendo como personas y como nación.
(...) El 10 de junio nos reuniremos en Ciudad Juárez con las Comisiones de Verificación y Sanción que la sociedad civil nacional establecerá en este tiempo con especialistas y gente honorable para cada uno de los 6 puntos.
(...) Durante este periodo hasta el 10 de junio, las Comisiones, con las aportaciones del resto de la sociedad civil, irán especificando con más detalle las acciones correspondientes a cada exigencia. Invitamos a toda la ciudadanía, en las comunidades, barrios, colonias, lugares de trabajo, a aportar en esta discusión y construir “espacios de reflexión y acción colectiva nacional” permanentes.
(...) Hacemos además un llamado a nuestros compatriotas que radican allá y al pueblo de los Estados Unidos de América para que apoyen nuestra movilización y exijan al gobierno y al Congreso de ese país que detengan el flujo de armas hacia México y el lavado de dinero.

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