viernes, 17 de junio de 2011

AMLO, alternativa sin sangre



Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS

AMLO, alternativa sin sangre
“Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, es mía”:
Anaxágoras

“Gane quien gane en el 2012 la guerra irregular contra los cárteles del narcotráfico y su estrategia continuará como hasta ahora”. Tal es el axioma que la administración de Barack Obama comenzó a introducir en la psique de la población mexicana ante el actual entorno electoral que apunta a que ningún aspirante del partido en el poder, el PAN, puede ganar los comicios federales del 2011 y que, aparentemente, el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, va en caballo de hacienda. Pero hay un factor que quieren ocultar y que fue patente en el propio territorio estadounidense hace apenas unos días: el Movimiento de Renovación Nacional (Morena) que encabeza Andrés Manuel López Obrador y el cada vez más amplio respaldo que recibe no sólo en México, sino allende a sus fronteras.
En estos momentos, un axioma más real es: “gane el PRI o el PAN en el 2012 la guerra contra el narco seguirá como hasta ahora; si gana el movimiento popular de izquierdas de AMLO habrá un cambio radical”. Este viraje sería o será profundo, no sólo en cuanto al seguimiento y cumplimiento de los lineamientos de la iniciativa Mérida o “Plan México”, sino en toda la relación del próximo gobierno mexicano con la siguiente administración federal de Estados Unidos, con Barack Obama en el poder o sin él.
El hecho duro patentizado este jueves es que lo mismo Enrique Peña Nieto que Manlio Fabio Beltrones, los más viables candidatos del PRI y sus satélites a la elección presidencial del 2012, han ido hasta Washington a asegurarles a los legisladores estadounidenses que cuenten con ellos para seguir la guerra de Estados Unidos contra las drogas en territorio mexicano, que no hay problema en que las decenas de miles de muertos sean mexicanos, que al fin y al cabo contamos con más de cien millones de habitantes.
Por supuesto que los anteriores señalamientos no son textuales, pero es lo que se infiere de las dos últimas visitas del actual gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, a Estados Unidos, y de la reciente participación del líder del PRI en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, en el marco de la 50 reunión interparlamentaria realizada en Washington esta semana.
Al concluir dicho evento, el mensaje fue fuerte y claro: “la lucha contra los cárteles de la droga continuará gane quien gane en el 2012”.
Los legisladores de México y Estados Unidos cerraron filas esta semana para garantizar la continuidad de batalla contra el crimen organizado hacia ambos lados de la frontera, sin importarles los resultados de los comicios presidenciales de ambos países el próximo año, sino sólo atentos al escenario geopolítico de guerra que han ido conformado en la última década, precisamente en el desarrollo de las dos últimas administraciones federales panistas.
La conclusión de los legisladores federales de los dos países fue que la seguridad compartida, la lucha contra los cárteles de la droga, los desencuentros del tráfico de armas y dinero y el futuro de la Iniciativa Mérida (Plan México) depende de su lucha en común contra la amenaza internacional del crimen organizado.
Al festinar el pacto logrado en el Capitolio, Manlio Fabio Beltrones, subrayó que “nuestros colegas (en el Congreso de Estados Unidos) entendieron que esta lucha no es de un año, ni de un sexenio —el mismo discurso de Calderón en sus últimas visitas a Washington—, sino que es ahora y para siempre, hasta que se gane este combate. Gane quien gane en 2012 no habrá la posibilidad de dar un solo paso atrás”.
Tras la difusión de dicho pacto, de inmediato la consultora estadounidense Stratfor, quien desde el pasado mes de mayo se evidenció como vocera no oficiosa de la administración de Barack Obama al responder a las recriminaciones de Felipe Calderón contra el gobierno estadounidense, difundió un análisis que sigue esas mismas líneas y que sin duda alguna será ampliamente reproducido por los medios de comunicación mexicanos.
La firma en materia de seguridad advierte en su último despacho que “el próximo presidente de México tendrá un mínimo de margen de maniobra en lo que respecta a la estrategia contra el crimen organizado, y lo más sano será continuar con la campaña de “mano dura” en contra de los cárteles de la droga”.
Eso es lo primordial, lo que responde a los intereses de la Casa Blanca, del Departamento de Estado y del Pentágono. Las decenas de miles de muertos, de desaparecidos, la ruptura del orden Constitucional mexicano, la soberanía nacional de México, los altísimos costos financieros para los contribuyentes, el sacrificio del desarrollo económico y generacional de su población, todo eso pasa a segundo y tercer plano en un escenario en el que sólo importa el aseguramiento del abasto de las dosis de droga que necesita la adicta masa estadounidense y las ganancias en miles de millones de dólares que le deja el lavado de dinero a su sistema financiero, y que logra mantener a flote su deteriorada economía.
Stratfor pretende sustentar que “la evolución del mundo del narcotráfico en la última década, en la que ha habido rupturas entre líderes de organizaciones criminales y han surgido nuevos cárteles, haría casi imposible que las nuevas autoridades federales buscaran un pacto con los jefes de la mafia mexicana en el afán de disminuir la ola de violencia que azota al país”, por lo que para esa firma todo intento por modificar el actual status quo será inútil y condenado al fracaso, lo que es totalmente falso. Y no sólo eso, sino que critica “la retórica” de los políticos (de oposición) de atacar la estrategia de seguridad de Felipe Calderón, la cual, dice, “puede ser efectiva en explotar el descontento ciudadano dada la situación que atraviesa México, y también para que los partidos de oposición obtengan votos… Pero esa atmósfera (de violencia) dicta que sin importar quien gane las elecciones del 2012, el nuevo Presidente tendrá sólo la opción de mantener la campaña contra los cárteles”, con lo que su finalidad política y estratégica es obvia: seguir la guerra en México, cueste lo que cueste, gane quien gane las elecciones presidenciales próximas.
Para Stratfor ese es el destino manifiesto de México y no hay salida. Pero al igual que los antiguos sofistas —en su acepción de charlatanes— de la época clásica antigua, sus determinantes y funestas conclusiones son erradas porque sus sustentos también lo son: sostiene por ejemplo que “en un entorno de violencia generada por la lucha entre los cárteles de la droga, la reducción de operativos de la Policía Federal y el Ejército contra estas organizaciones no frenaría los enfrentamientos entre grupos rivales”. ¿Por qué no? Simple: porque un cambio en al estrategia seguida por Felipe Calderón de atacar a diestra a siniestra a los cárteles de la droga y proteger a uno sólo, el Cártel de Sinaloa, que comanda “el narcotraficante más poderoso de la historia” como han revestido los reportes propagandísticos a Joaquín “El Chapo” Guzmán, complicaría el escenario de guerra que han estado construyendo desde hace más de cuatro años y que tiene entrampado a México en su totalidad, y lo mantiene al servicio de los intereses militares y económicos de Estados Unidos.
También sustenta Stratfor sus conclusiones en la actual división de las organizaciones criminales y el surgimiento de nuevos cárteles, y ejemplifica con el caso del Cártel de los Beltrán Leyva, que hasta hace tres años y medio era parte de la Federación de Sinaloa y en 2008, tras la captura de Alfredo Beltrán Leyva, declaró la guerra a la organización de “El Chapo”; luego vino el abatimiento de Alfredo Beltrán Leyva, en diciembre de 2009, y se formó una escisión de nombre Cártel del Pacífico Sur, comandada por otro de los hermanos Beltrán.
En este esquema presuntamente analítico, agrega el caso de Edgar Valdez Villarreal, arrestado en agosto de 2010, y que había quedado al frente del grupo criminal de los Beltrán Leyva, el cual después de ese hecho se volvió a dividir y de esta última ruptura surgió el Cártel Independiente de Acapulco.
También ejemplifica con el surgimiento de otros grupos como La Resistencia y el Cártel de Jalisco Nueva Generación, todo en el mismo sentido.
No hay que pasar por alto las aparentes contradicciones de los últimos reportes de esta consultora que han señalado que el Cártel de Sinaloa es inmune a la guerra contra el narcotráfico que se resiente en México. El pasado mes de abril consideró que “La Federación de Sinaloa será la única que continúe inmune a los esfuerzos del gobierno para frenar el crimen organizado. Es además la organización que con mayor seguridad asumirá la posición dominante en el panorama de los cárteles de la droga, situación que le dará el poder de forzar una reducción en los índices de violencia”.
Para Stratfor no hay salida para México, su destino manifiesto es la guerra, pues advierte que “además del recrudecimiento de la violencia entre cárteles, cualquier esfuerzo futuro de alcanzar un pacto con cárteles será también frenado por la forma en la que el panorama de estas organizaciones criminales ha cambiado en los últimos años” y sostiene que “cualquier intento del gobierno federal de jugar como mediador para alcanzar un “acuerdo universal” entre los cárteles que operan en México para disminuir la violencia sería mucho más difícil de lo que hubiera sido hace una década”, por lo que desde esa lógica sería mucho mejor esperar a que la organización criminal se imponga y ponga orden.
Y añade que “aun si el gobierno pudiera reunir a todos estos cárteles juntos y convencerlos de un pacto para frenar las hostilidades juntos y convencerlos de un pacto para frenar las hostilidades entre ellos, entre las organizaciones criminales aún quedaría la pregunta: ¿Qué tan confiables son estas promesas?”.
Este tramposo análisis hace énfasis en que “conforme se acerca la elección presidencial en México, la idea de un cambio de estrategia puede ser presentada como una alternativa y ser usada para ganar capital político por los partidos, pero cualquier que examine la situación con cuidado sabrá que esto es totalmente insostenible”. Y sentencia: “el próximo presidente de México no tendrá más opción que seguir las políticas de la gestión de Calderón y continuar con la lucha contra los cárteles”.
Esto es lo único que realmente le importa al gobierno de Barack Obama, al Departamento de Estado que maneja Hillary Clinton y al Pentágono estadounidense.
Así, y también en el remoto, pero no imposible, caso de que a través de un golpe de Estado de facto en el país se pudiera instalar otra vez un personaje político del actual gabinete calderonista, cuyo nombre es lo de menos: Ernesto Cordero, Alonso Lujambio, Javier Lozano, o cualquier otro como Santiago Creel o Josefina Vázquez Mota, está asegurado que la aplicación de la “Iniciativa Mérida” o mejor dicho el “Plan México” se prolongaría por lo menos otros seis años, con los crecientes recursos hacia las fabricantes de armas y tecnología militar, adquirida no sólo por el gobierno mexicano sino también por los cárteles de la droga, con las estratosféricas ganancias que deja al sistema financiero estadounidense el lavado de dinero producido por el tráfico de estupefacientes y con la sumisión del gobierno mexicano a este esquema militar.
Ante las actuales condiciones políticas, militares y económicas por las que atraviesa el país, el escenario de guerra actual para México sólo será posible modificarlo si el Movimiento de Renovación Nacional (Morena) que encabeza Andrés Manuel López Obrador logra aglutinar, como lo ha venido haciendo, la suficiente fuerza y respaldo popular para imponerse en la elección presidencial del 2012, con contundencia y un margen de votos de ventaja que no deje lugar a dudas para no dar margen a otro fraude electoral como el del 2006 en contra del propio tabasqueño y el de 1988 en contra de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano con el histórico e inverosímil cuento de “la caída del sistema”.
Apenas el pasado domingo, en el corazón de la mexicanidad en Estados Unidos, Los Angeles, California, Andrés Manuel López Obrador esbozó los lineamientos básicos de la nueva política exterior mexicana, si el voto popular lo favorece y lo instala en el Palacio Nacional: “vamos a mantener una relación de respeto con el gobierno de Estados Unidos, haciendo valer, en todos los casos, y bajo cualquier circunstancia, nuestra soberanía, México nunca será base militar, protectorado ni colonia de ningún país extranjero”.
Como segundo eje, señaló que “conviene a las dos naciones que haya cooperación para el desarrollo, no cooperación militar”; y propuso que en lugar “del Plan Mérida y de que nos entreguen armamentos y helicópteros, vamos a proponerles, que si realmente quieren ayudarnos, que participen con créditos, no usureros y sin condiciones vergonzantes, para proyectos de desarrollo regional de nuestro país, orientados a reactivar la economía, a crear empleaos y a evitar que nadie, por necesidad, tenga que verse obligado a emigrar”.
Esa es la gran diferencia entre Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones, Ernesto Cordero, Alonso Lujambio, Javier Lozano, Santiago Creel, Josefina Vázquez Mota, y cualquier otro del gabinete calderonista que se quiera apuntar a “la grande” al 2012.

De los pasillos

Al entregar 75 refrendos de concesiones a empresarios radiofónicos, Felipe Calderón les demandó, ni más ni menos, que hagan un periodismo “responsable”, que tome en cuenta el interés nacional y la importancia de “colocar temas en la justa proporción, considerando lo que está en juego en el país”. Es decir que no critiquen “su guerra” irregular e inconstitucional contra el narco y mucho menos los resultados fallidos de su administración.
El inquilino de Los Pinos anunció que los empresarios de la radio pueden iniciar —a partir del jueves— la migración a la radio digital terrestre como parte de un acuerdo publicado por la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel).
Por cierto que Mony de Swaan, presidente de la Cofetel, sostuvo que los procesos electorales no detendrán los avances regulatorios a su cargo y, una vez más y sin que nadie se lo preguntara, insistió en que no hay una consigna o embestida en contra de alguna empresa en particular, sin embargo, los operadores que tienen mayor concentración en los mercados serán los más afectados por las medidas por competencia que aplique la administración calderonista. Sí pero no, ¿verdad?
Una prueba más de que la aplicación de la ley está al servicio de los poderosos se dio con el caso del acaudalado obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, quien ya ganó el pleito legal en el cual fue acusado, con pruebas más que contundentes —como en estas mismas líneas le informamos amplia y oportunamente—, de simular un préstamo de 130 millones de dólares y, con ello, apropiarse de una de las colecciones de arte más valiosas de México. Los magistrados José Pablo Pérez Villalba y Manuel Barraibar Constantino, del Octavo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Distrito Federal, echaron abajo un amparo que había sido otorgado a la empresa Arthinia Internacional, que obligaba a la procuraduría capitalina a solicitar una orden de aprehensión contra el jerarca católico, por el delito de fraude. Onésimo es más rico y más impune.
Otro robo más es el volumen de combustible sustraído ilegalmente a través de tomas clandestinas a Petróleos Mexicanos (Pemex). En el mes de abril ascendió a 969 mil 120 barriles, de acuerdo a información de la propia paraestatal. Según el director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, el daño monetario por estos robos asciende a más de 3 mil millones de pesos, tan sólo en lo que va de este año, los cuales en la gran mayoría de casos permanecen también impunes.
En el contexto de la investigación del secuestro y asesinato de dos escoltas del gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina de la Cruz, un total de 26 policías del municipio rural de Zuazua, fueron detenidos por el Ejército y la Agencia Estatal de Investigación, mientras que sigue la ola de asesinatos en esa entidad.
(lilia_arellano@yahoo.com; www.fuego-cruzado.tv; www.estadodelosestados.com.mx)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Exelentes Documentales Recomendado

Watch live streaming video from videodocumentales at livestream.com

Canal 6 de Julio

Watch live streaming video from canalseisdejulio at livestream.com