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Alfredo García
El presidente Barack Obama reta a las fuerzas revolucionarias y progresistas de países en vías de desarrollo.
En su edición del pasado domingo, el periódico The New York Times, informó que “La administración Obama está liderando un esfuerzo global para desplegar una Internet a la ‘sombra’ y sistemas de telefonía móvil que puedan ser usados por disidentes para socavar gobiernos represivos que buscan silenciarlos, censurarlos o cerrar redes de telecomunicaciones.
“Vamos a construir una infraestructura separada, donde la tecnología es casi imposible de cerrar, controlar, o vigilar”, declaró Sascha Meinrath, quien encabeza “Internet en una maleta”, proyecto rector de la Iniciativa Tecnología Abierta de la New America Foundation, una institución fundada en 1999 en Washington por académicos, periodistas, economistas y politólogos liberales.
Según el Times, la gestión incluye proyectos secretos para crear redes de telefonía independientes dentro de algunas naciones. “Financiado con 2 millones de dólares del Departamento de Estado, el ‘maletín’ podrá ser transportado por una frontera y rápidamente instalarse para permitir Internet inalámbrica en un área bastante grande, con un vínculo a la Internet Global.
La manipulación de valores revolucionarios, como “libertad de expresión”, “derechos humanos” y “democracia” a partir de la década de los 80, incluidos en la “Guerra Psicológica” de la doctrina de Conflicto de Baja Intensidad, alcanzó su perfección a principios de 2000 con las llamadas “revoluciones de colores”, que desestabilizaron varios países ex socialistas.
Promovido por instituciones norteamericanas vinculadas a la CIA como National Endowement for Democracy, Fundación Soros y USAID, la injerencia en los asuntos internos de Yugoslavia, Georgia, Ucrania, Kirguistán, Líbano y Túnez, lograron éxito; mientras fracasaron en Venezuela, Bielorrusia, Birmania, Irán, y Moldavia.
La CIA y sus asociados lograron infiltrarse en los movimientos de protestas contra gobiernos autoritarios, utilizando la táctica de acción directa no violenta y un discurso democrático liberal, para canalizar el descontento popular e imponer gobiernos pro norteamericanos, como intentan hacerlo con las protestas populares en países del Medio Oriente y Norte de África, en esta ocasión con apoyo de fuerza militar.
En Cuba, donde Washington lleva cinco décadas utilizando con impunidad pero sin éxito todos los métodos para desestabilizar el sistema socialista, un norteamericano contratado por USAID, Alan Gross, fue sorprendido hace un año distribuyendo enlaces satelitales para crear una plataforma tecnológica fuera del control de las autoridades cubanas. El “contratista” confeso, fue sentenciado a larga condena.
Más por falta de audaz respuesta de gobiernos socialistas y progresistas que por creíble hipocresía sobre conceptos como “libertad de expresión”, “derechos humanos” o “democracia”, Washington logró relativo éxito al convertir esas populares reivindicaciones, en eje de injerencia en los asuntos internos de países independientes.
Bajo supuesta irreversible debilidad ideológica de adversarios frente a EU, Washington apuesta a la tecnología informática para librar con banderas ajenas, su “batalla de ideas”. No confundir conceptos democráticos, con tecnología subversiva. Hay que recoger el guante, defender los valores revolucionarios y combatir con sus propias armas.
Alfredo García
El presidente Barack Obama reta a las fuerzas revolucionarias y progresistas de países en vías de desarrollo.
En su edición del pasado domingo, el periódico The New York Times, informó que “La administración Obama está liderando un esfuerzo global para desplegar una Internet a la ‘sombra’ y sistemas de telefonía móvil que puedan ser usados por disidentes para socavar gobiernos represivos que buscan silenciarlos, censurarlos o cerrar redes de telecomunicaciones.
“Vamos a construir una infraestructura separada, donde la tecnología es casi imposible de cerrar, controlar, o vigilar”, declaró Sascha Meinrath, quien encabeza “Internet en una maleta”, proyecto rector de la Iniciativa Tecnología Abierta de la New America Foundation, una institución fundada en 1999 en Washington por académicos, periodistas, economistas y politólogos liberales.
Según el Times, la gestión incluye proyectos secretos para crear redes de telefonía independientes dentro de algunas naciones. “Financiado con 2 millones de dólares del Departamento de Estado, el ‘maletín’ podrá ser transportado por una frontera y rápidamente instalarse para permitir Internet inalámbrica en un área bastante grande, con un vínculo a la Internet Global.
La manipulación de valores revolucionarios, como “libertad de expresión”, “derechos humanos” y “democracia” a partir de la década de los 80, incluidos en la “Guerra Psicológica” de la doctrina de Conflicto de Baja Intensidad, alcanzó su perfección a principios de 2000 con las llamadas “revoluciones de colores”, que desestabilizaron varios países ex socialistas.
Promovido por instituciones norteamericanas vinculadas a la CIA como National Endowement for Democracy, Fundación Soros y USAID, la injerencia en los asuntos internos de Yugoslavia, Georgia, Ucrania, Kirguistán, Líbano y Túnez, lograron éxito; mientras fracasaron en Venezuela, Bielorrusia, Birmania, Irán, y Moldavia.
La CIA y sus asociados lograron infiltrarse en los movimientos de protestas contra gobiernos autoritarios, utilizando la táctica de acción directa no violenta y un discurso democrático liberal, para canalizar el descontento popular e imponer gobiernos pro norteamericanos, como intentan hacerlo con las protestas populares en países del Medio Oriente y Norte de África, en esta ocasión con apoyo de fuerza militar.
En Cuba, donde Washington lleva cinco décadas utilizando con impunidad pero sin éxito todos los métodos para desestabilizar el sistema socialista, un norteamericano contratado por USAID, Alan Gross, fue sorprendido hace un año distribuyendo enlaces satelitales para crear una plataforma tecnológica fuera del control de las autoridades cubanas. El “contratista” confeso, fue sentenciado a larga condena.
Más por falta de audaz respuesta de gobiernos socialistas y progresistas que por creíble hipocresía sobre conceptos como “libertad de expresión”, “derechos humanos” o “democracia”, Washington logró relativo éxito al convertir esas populares reivindicaciones, en eje de injerencia en los asuntos internos de países independientes.
Bajo supuesta irreversible debilidad ideológica de adversarios frente a EU, Washington apuesta a la tecnología informática para librar con banderas ajenas, su “batalla de ideas”. No confundir conceptos democráticos, con tecnología subversiva. Hay que recoger el guante, defender los valores revolucionarios y combatir con sus propias armas.
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